El casco antiguo de Viena es uno los lugares más visitados de la capital austríaca. Existen numerosas calles y plazas que merece ser conocidos durante nuestro paseo por el casco antiguo vienés. Una de las plazas más notables es la Freyung.
En esta plaza triangular confluyen los ambientes de las calles que la rodean: edificios políticos, bancarios y universitarios. Los palacios de Goltz-Kinsky, en el número 4, y de Harrach, en el número 3, que cierran la plaza con el palacio Ferstel, suelen programar exposiciones temporales a lo largo de todo el año.
En el palacio situado en el número 8, con espectacular entrada de estilo egipcio, se halla la sala de exposiciones del Bank Austria Kunstforum que se puede visitar a diario entre las 10.00 y las 19.00 horas, y el miércoles hasta las 21.00 horas.
En el centro de la plaza está instalada la fuente de Austria, que recuerda gloriosos tiempos, cuando eran austríacos los ríos Po (Italia), Elba (Silesia), Vístula (Polonia) y Danubio (Hungría y Rumanía).
La plaza de Freyung toma su nombre del derecho al asilo que tenía el convento de los Escoceses, Schottesift, situado desde el siglo XII en los extramuros de la ciudad y a salvo de la justicia. Fue fundado por benedictinos que llegaron en el siglo XII, a evangelizar el Danubio procedentes de Irlanda.
En el monasterio hay un instituto en el que estudio Strauss, una pensión y un museo, Museum im Schottenstift que se puede visitar todos los días, excepto los festivos, desde las 10.00 a las 17.00 horas. En este museo se expone la interesante pinacoteca del convento, entre cuyas piezas destacan algún Rubensa y el famoso retablo anónimo de la iglesia en cuya 19 tables de escenas bíblicas aparecen como decorado paisajes de la Viena de 1475.
Por último, en dirección a la plaza Am Hof, donde se situaba el castillo de los Babenberg, aún puede verse, en la calle Tiefe Graben, la profundidad del foso de las murallas de la primitiva Viena.
Foto vía Media Vida